jueves, 21 de mayo de 2020

Artistas femeninas a lo largo de la Historia del Arte


- La historia del Arte la han protagonizado infinidad de féminas. Han sido las modelos y musas. Las protagonistas de algunos de los cuadros más importantes de todas las épocas. Ahí están las señoritas de Avignon, las majas o la Mona Lisa. Son solo algunos ejemplos evidentes, porque mientras las mujeres se dejan ver en las paredes de las de los museos muy pocas son las que firman los lienzos. 
- La concepción decimonónica de la mayoría de los manuales del tema las excluyeron aunque hubiera mujeres retratistas de Corte, escultoras de cámara o pinturas religiosas; mujeres que no aparecen en los libros de arte ni suena en el imaginario colectivo por culpa, según apunta Manuel Jesús Roldán, del concepto de Historia del Arte procedente del siglo XIX, "centuria en la que se vetó especialmente la independencia creadora de la mujer por la moral burguesa reinante, relegó al género femenino a una condición hogareña causa exclusiva, marcando un canon casi exclusivamente masculino en las primeras publicaciones dedicadas al Arte". Una discriminación que,  además, se estandarizó cuando se crearon los grandes museos europeos. Tampoco ayudó la visión de muchos grandes hombres del arte que se despacharon con opiniones similares a la de Renoir: "La mujer artista es sencillamente ridícula".



Tamara de Lempicka (1898-1980)               

                                                 the straw hat        
          
The Straw Hat, 1930, Tamara de Lempicka - Passion for paintings- Tamara fue una pintora de origen ruso y gran exponente de la corriente Art Decó. Muchos son los adjetivos que podrían definirla: elegante, excéntrica, mundana... La artista vivió 10 años en París, durante la época de 1920, muy felices ya que consiguió destacar por ser la retratista más importante del estilo Art Decó. Sus obras siempre destacaban por la aparición de la figura femenina, la moda, el lujo y el erotismo.
- Muchos la calificaban de femme fatale, bastante superficial y clasista ya que su indiferencia era evidente tanto en los ambientes culturales como por el movimiento feminista. Entre la aristocracia era de las 
artistas más codiciadas ya que se convirtió en retratista de moda para esta clase social e hizo portadas para la revista de moda alemana Die Dame; aunque poco a poco sus pinturas fueron perdiendo protagonismo ya que el gobierno nazi las consideró porno blando.

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